domingo, 22 de enero de 2017

Loco estoy, locos estamos.



La locura es algo inexplicable. Se puede presenciar de tantas maneras, inclusive de manera etéreo. Se puede expresar como algo intuitivo, como un sexto sentido apagado. Un sexto sentido que necesita ser perfeccionado, pero para eso requiere corromper lo establecido a la moral y legal de la ciudadanía. Llenándose de suposiciones absurdas para el mundo, pero realidades para el universo.

Les hablo de un libro que al leer la sinopsis, me entro unas ganas de delinquir para leerme la historia. Sucesivamente lleno de historia, historia de las cual el razonamiento forense, que conlleva a la lógica y la ciencia, es solo un trozo de mierda más en el mundo de un loco. 

La ciudadanía piensa que los lunáticos no pueden convivir con nosotros. De que es una amenaza para el arte carnero que somos nosotros, los seres. De que su razonamiento sobrepasa los parámetros legales para coexistir pacíficamente. Donde sus ojos, oídos, boca, manos, actúan de manera intransigente que disputan todo aquel que cree tener conocimiento de su irracional razonamiento. Pero, ¿eso no es solo pensar diferente? Ver el mundo que conocemos de manera inusual. ¿Ser realmente original? ¿Ser la nueva imagen humana? Discriminamos a  muchos por su  psiquis, por sus actos compulsivos y dialecto enfermizo con lengua desconcertado. Pero, ¿Ustedes tampoco lo son? ¿No han pasado un momento de locura? ¿Por amor? ¿Por fatiga? ¿Desconsuelo? ¿Deseo reprimidos? ¿Irritación? Y por muchas cosas más que nos podríamos llenar de recuerdos. 

La locura es solo una manera extraordinaria de vivir. Hace vivir de manera constante, fantasiosa, lúgubre, radical, explosiva, romántica, y muchos otro géneros que puedas conseguir en una librería. 
Es solo una mente más, una mente perversa y astuta, que va más allá de su personalidad a un simple personaje. Creando una severa pero rara justicia para aquellos que no puedan entender el campo minado que ustedes, nosotros como locos, estamos.  

martes, 17 de enero de 2017

Votos de amor.

Unas de las cosas que he estado pensando desde que me he visto esta película, al menos dos veces, es... ¿Que tan jodido podría ser perder la memoria? Perder el motivo del accidente. Perder todo tu maestría. No recordar el motivo de tu existencia en el supuesto  presente. Recordar todo pero a la vez nada... 

Sentirse en esa inferioridad mientras que gente desconocida te abrazan y te elogian o te reconfortan mientras escuchas aquellas palabras que para ellos pueden ser el pan de cada día, pero para ti es solo una cercanía al miedo y la miseria. Y lo peor de todos, que la o él desconocido te diga: ''Tu los conoces'' ''Tú me conoces'' y no recuerdes nada. 

Siempre me he preguntado que tan terrible es pasar ésta catástrofe, y más si andas en una relación conyugal. ¿Se daría cuenta del accidente? ¿Como reaccionaria? ¿Se tomaría la molestia de recuperarme?  O viceversa. ¿Lucharías para recuperarla? ¿Mostrarías ser alguien más aprovechándote de su limitado incapacidad? ¿Te alejarías para estar con otra? ¿O simplemente ser un desconocido mientras que el arrepentimiento te mata poco a poco mientras que, en tu ''cotidiana vida'' se llene de más decepciones? 

Yo sinceramente no sé que haría, pero apostaría totalmente que el final seria el mismo... rendirse. 

Aceptas su cuerpo, pero difícil de aceptar su personalidad alterada. Pero también seria lindo, porque volverías a enamorarla de nuevo... pero corres el riesgo de que esta vez no pase. ¿Vivirías del cambio o lucharías para que todo vuelva a ser como era antes del accidente? 

¿Que dicen ustedes?